domingo, 9 de septiembre de 2007

[Desierto del Olvido]


La frase "todo tiempo pasado fue mejor" no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que - felizmente - las gente las hecha al olvido.

Juan Pablo Castel. El Túnel, Ernesto Sábato.


Un libro tan oscuro como la vida misma. Y sin embargo, le encuentro completamente la razón a esta frase, que aparece en el primer capítulo. Cuando converso con cualquier persona, ya sea de mi edad o no, siempre recuerdan su infancia - o adolescencia, dependiendo de lo fósil que sea -, como una época gloriosa, llena de alegría y frenetismo. Yo en cambio, al igual que el protagonista de la historia, me caracterizo sólo por recordar preferentemente los hechos malos.

Si, sueno como una persona depresiva seudomaníaca. Pero es cierto. ¿Cuál es el empeño de recordar momentos felices? ¿para recordarnos lo mal que lo pasamos en el presente?¿o darnos una clase de consuelo? Sea cual sea la razón, yo me mantengo indiferente a ella: supongo que recuerdo, después de todo, ambas cosas, aunque los recuerdos más pesimistas son los primeros que acuden a mi mente.

Muchas veces, en especial ciertos hechos verdaderamente vergonozosos y penosos, he intentado eliminar aquella data de mi cabeza: sucesos que nunca debí desencadenar, y de los cuales me arrepiento profundamente hasta el día de hoy. Si llegaran a aparecer Cosmo y Wanda, mi primer deseo sería cambiar aquella parte de mi historia. Y es que perdí, quizá, uno de mis mejores amigos gracias a una estupidez que nunca debió salir de mi boca, una ilusión que se escapó de sus ataduras, y que todavía me pena en la actualidad.

Lo admito, he intentado borrar aquellos momentos tristes, que pertenecen a mi infancia y comienzos de mi adolescencia. En cierta medida los he superado, pero siguen ahí, latentes, como si hubieran sucedio recién ayer. Si el tiempo cura todo - una típica frase cliché, que odio particularmente - ¿por qué no me ha dado de beber la panacea que sanaría y olvidaría aquellas heridas que aún recuerdo? Es bastante injusto. He sido olvidada por el tiempo.

A pesar de arrastrar con esta verdadera cruz de recuerdos, sigo mirando hacia adelante. Es dificil, lo sé, y quizá lo he es más para otras personas, que tienen de verdad malos recuerdos - mucho peores que los míos -, pero es lo único que nos queda por hacer. Es inevitable comparar ciertas cosas que suceden hoy, con las que sucedieron en el ayer, e incluso es ineludible preguntarnos que hubiera pasado si no hubiera hecho tal y tal cosa. Yo no paro de hacerlo, pero no me puedo detener en ello. Los segundos pasan, y quiero disfrutar cada momento de ellos, aunque sea a la rastra.

Al menos, sé que Dios existe y que se compadece de aquellas personas que de verdad la han sufrido durante su vida. Para muchos, es una verdadera maldición que desmorona la pared moral de la familia, pero el mal de Alhzeimer puede ser una verdadera salida para aquellas personas que lo único que desean es olvidar lo que ha pasado en su vida. Es cierto, se olvidan de su familia, amigos y de ellos mismos, pero al menos son felices. Sí, felices con cualquier cosa, como unos verdaderos niños, que con abrazo, algo de chocolate u otro gesto insignificante, te devuelven una sincera y emotiva sonrisa. Así era mi abuelita, con la cual siento que le debo todos aquellos segundos que no estuve con ella.

Entonces ¿debo olvidarme de todo para ser completamente feliz? Al parecer sí.

PD: Hace rato que se cumplieron dos años, estrella...para mi desgracia.
PD2: Y sí, si tengo 16 años xD.