[The Butterfly Cloud]

Dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que, sin duda alguna, eran molinos de viento, y no gigantes, aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho ni echaba de ver (…). Y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en el ristre, arremetió a todo el galope de Rocinante y embistió con el primero molino que estaba delante; y, dándole una lanzada en el aspa, la volvió el viento con tanta furia que hizo la lanza pedazos,llevándose tras sí al caballo y al caballero, que fue rodando muy maltrecho por el campo.

Don Quijote de La Mancha, Miguel de Cervantes.

Los hechos más importantes en la vida de una persona, de un pueblo, del mundo entero, se han basado en las ilusiones. De hecho, son éstas quienes dibujan nuestra realidad, nuestra manera particular de cómo interpretamos nuestro entorno. La abstracción de una realidad que en el fondo no nos resignamos a asumir, a la cual le dotamos de un significado y que la hacemos parte de nosotros mismos. Esté bien o no.

También, el pasado es una ilusión. Como es algo que no tocas, que no sientes, no es más que una realidad que en alguna parte de tu cerebro fue guardada, y que finalmente no existe. De hecho, hace un segundo, estimado lector, dejó de existir su yo y ahora es otro yo. Pero e

so ya es otra historia. El pasado no es más que una serie de sueños que ya se vivieron, algunas que se desearía poder repetir por siempre. Otras, que no existieran, de lleno. Independiente de ello, es el ancla que nos ata a nuestra persona, en especial cuando parecemos dispersarnos en la marea de entidades que nada tienen que ver con nosotros.

¿Y qué hay del futuro? Un camino de ladrillos dorados nos pintamos cada día, que soñamos con hacerlos realidad. E imaginas el “cómo sería si…”, corriendo por valles de encantos aún por venir, y elevándote por sobre las montañas de un mañana aún por cumplir. Cada día que pasa, te acerca a ese sueño, o al menos es lo que quieres creer. Y sea como sea, nos brinda la esperanza de un nuevo día, una expectación que nos da el ánimo para seguir adelante, la zanahoria con el cordel tras cual corremos.

Pero a veces el cordel se corta. Y el ancla tiende a hundirse por donde no se debe. ¿Qué hacer entonces? Todo lo que construiste, se derrumba eventualmente. Un paso en falso, nada más, y te caes. El porrazo duele, el molino te levanta y te tira lejos. Con armadura, Rocinante y todo.

Pero así como te caes, de alguna manera te levantas, en un sueño un tanto más verídico. Y te das la ilusión de sólo fijarte en aquellos momentos que te han construido como persona, y dejar de caminar por lugares irreales, que podrían ser y que no serán. Pues el futuro se convierte en pasado cada vez que pasas por ello.

La ilusiones, después de todo, no son más que mariposas que se evaporan en la nada.

PD: Y es así como vuelvo a abrir el blog, luego de tres años de no escribir locura alguna en él. Tres largos años. La verdad, me bajaron los ánimos al ver que mucha gente conocida usaba estas cosas, asi que me sumé a la masa xD. Espero que no se haya aburrido, y por último... disfrute de la música!

Saludos!!